El 26 de junio de 2003, el mundo del fútbol se paralizó. En el partido de semifinales de la Copa FIFA Confederaciones disputado en el estadio Gerland (Lyon) contra Colombia, el camerunés Marc-Vivien Foé se desplomó de repente sobre el césped en el minuto 75 y, poco después, se apagó para siempre. Hoy, 26 de junio de 2013, se conmemora el décimo aniversario de aquella tragedia.
"Del partido en Lyon guardo recuerdos muy precisos y muy tristes. Marc fue trasladado al hospital, y no nos esperábamos que la cosa fuera tan grave. Cuando nos enteramos de su muerte tras el pitido final, todos nos quedamos de piedra", recapitula ante FIFA.com Mohamadou Idrissou, que jugó los 90 minutos.
¿Cómo se explica algo así?
El entrenador del equipo contrario, Francisco Maturana, también recuerda con todo detalle lo que pasó a continuación, como él mismo nos lo relata emocionado: "Ése día quedará para siempre en la memoria de todos los que estábamos allí. Me acuerdo perfectamente de la situación: Marc perdió el balón en un ataque de los cameruneses, y falló en su intento de recuperarlo. Mientras corría hacia atrás, cayó al suelo, y nuestro mediocampista Jairo Patiño se apresuró a ayudarlo. Enseguida se dio cuenta de que le pasaba algo serio y pidió ayuda. Nos quedamos preocupados al ver a Marc salir en camilla. Cuando luego del partido nos enteramos de que había muerto, todos nos pusimos muy tristes y algunos no pudieron contener el llanto. Un momento así no se borra".
El árbitro de aquel encuentro, el alemán Markus Merk, confesó al finalizar su carrera en el año 2008 que ése había sido el momento más amargo de su trayectoria. En los partidos que dirigió después, no podía evitar sentir una sensación desagradable al saltar al campo.
A Winfried Schaefer, que a la sazón ejercía el cargo de seleccionador de los Leones Indomables, le sigue costando asimilar el trágico accidente incluso 10 años después de sucedido, como nos confiesa en su conversación con FIFA.com: "Fue un día terrible para todos nosotros. Especialmente para su familia, por supuesto. Su mujer, sus hijos y su madre estaban en el estadio. Marc no sólo era un futbolista estupendo, sino también una persona maravillosa. Yo llevo muchos años trabajando en el mundo del fútbol, pero nunca he pasado por algo así, ni antes ni después. Tras el encuentro fui incapaz de consolar a mis jugadores, porque yo mismo me quedé completamente desconsolado. No pudimos hacer otra cosa que ponernos a llorar al recibir la noticia".
"Un león nunca muere, sólo duerme"
Foé tenía entonces 28 años y había desempeñado su oficio en muchos clubes a lo largo de su carrera profesional: en el Canon Yaundé de su patria, en el RC Lens y el Lyon franceses, y en el West Ham y el Manchester City ingleses. Con su corpulencia y sus 1,94 metros de estatura, el volante era un fijo en la medular y muy querido por sus compañeros de equipo.
En sus 64 partidos internacionales, anotó un total de ocho goles y fue uno de los Leones Indomables que combatió en las Copas Mundiales de la FIFA Estados Unidos 1994 y Corea/Japón 2002. La fractura de una pierna le impidió servir a su país en la cita mundialista celebrada en Francia en 1998.
La noticia de su muerte inesperada en 2003 hizo temblar los cimientos del planeta fútbol y eclipsó por completo el resto de las vicisitudes de la competición. En París, la anfitriona Francia se enfrentó una hora más tarde ese mismo día contra Turquía en la otra semifinal, pero muchos no pudieron dejar de pensar en la desdicha del camerunés. Nunca se habían visto escenas semejantes sobre un terreno de juego: los jugadores se alinearon frente a la grada haciendo esfuerzos inútiles por reprimir las lágrimas. Cuando Henry marcó el primer gol, los anfitriones celebraron el tanto apuntando al cielo y dedicándoselo a su colega fallecido.
La presencia de Foé también se hizo palpable en la final. Los seleccionados de Camerún y Francia formaron juntos tras una foto enorme del jugador y le dedicaron un minuto de silencio. "Fue muy difícil jugar la final, pero los franceses honraron la horrible muerte de nuestro amigo y compañero haciendo que los dos capitanes levantaran juntos la Copa en memoria de Marc", recuenta Idrissou aún agradecido por el precioso gesto del capitán francés Marcel Desailly, que durante el homenaje a los vencedores rogó a su homólogo camerunés, Rigobert Song, que alzara con él el trofeo. Entre las innumerables pancartas de apoyo, había una que ponía: "Un león nunca muere; sólo duerme".
El mundo del fútbol nunca lo olvidará
El presidente de la FIFA, Joseph Blatter, ha manifestado al respecto: "La trágica muerte de Marc-Vivien Foé fue un verdadero shock para mí. Sentí una gran pena al pensar en él, en su familia, en sus seres queridos y en sus compañeros de equipo. El sentimiento dominante, sin embargo, fue el de impotencia ante el destino, mezclado con la rabia de que la muerte hubiera hecho sentir su presencia en nuestro deporte, donde no tiene cabida. El deporte es felicidad, plenitud, bienestar. El deporte es vida. No es muerte".
"Fui a ver a la selección de Camerún en Lyon, y rezamos juntos. Fui al funeral. En un ambiente de reflexión profunda, emociones intensas y unión, presentamos nuestros respetos a este admirable joven golpeado por la desgracia. Su muerte suscitó una concienciación general de la necesidad absoluta de intensificar los esfuerzos por prevenir los paros cardiacos durante los partidos de fútbol", ha agregado Blatter.
"Hoy, 26 de junio de 2013, 10 años después de su muerte, Marc-Vivien Foé sigue estando muy vivo en nuestras memorias. En mi nombre y en el nombre de la comunidad futbolística internacional, deseo rendirle una vez más mi más sincero tributo", ha declarado el máximo responsable de la FIFA.
La infausta muerte de Foé ha recobrado actualidad en la Copa FIFA Confederaciones Brasil 2013. Gerard Houllier, miembro del Grupo de Estudios Técnicos (GET) de la FIFA y a la sazón entrenador del FC Liverpool, se encontró con el camerunés poco antes del comienzo de aquel torneo hace ya una década. "Nos sentamos el uno al lado del otro en el avión rumbo a Francia. Naturalmente que su muerte me impactó. Lo conocía mucho, porque en su día yo traté de ficharlo para el Liverpool cuando él jugaba en el Lens. Por eso me ponía en contacto con él y con su mujer a menudo. Todos los años por estas fechas pienso en él. Para mí se trata de uno de los capítulos más tristes de la historia del fútbol".
El tahitiano Marama Vahirua, en aquel tiempo profesional del FC Nantes, se había enfrentado varias veces a Foé sobre el rectángulo verde. "Yo estaba entonces en Francia, y como es lógico su muerte me conmovió. Todos nos hicimos las mismas preguntas: ¿Por qué ha muerto? ¿Cómo pudo ocurrir? Sea como fuere, en cada Copa Confederaciones me viene a la memoria. Por desgracia, no puedo desligar su nombre de esta competición".
Para John Obi Mikel, uno de los principales astros de Nigeria, Foé fue un extraordinario jugador: "Todos saben su nombre y piensan en él. No debemos cesar de recordarlo. Y en ese sentido este torneo no será diferente".
De hecho, durante el primer duelo de semifinales entre Brasil y Uruguay se celebrarán diversos actos en honor del camerunés. Entre otros gestos, se ha concertado una salva de aplausos. El mensaje es claro: "Marc-Vivien Foé: ¡El fútbol nunca te olvidará!".
Foé, un león que nunca morirá
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