Se llamaba Julius Neubronner y allá por los brumosos años de comienzos de siglo XX, comenzó a sorprender a sus contemporaneos con algunas de sus curiosas y geniales ideas.
Julius Neubronner era el farmaceutico de un pequeño pueblo llamado Kronberg cerca de Frankfurt. Y sus ideas eran realmente sorprendentes: En su juventud cogió su hobby, la Colombofilia, y lo utilizó para recibir recetas desde el Hospital del vecino pueblo de Falkenstein... Y mediante el mismo método, palomas mensajeras, les abastecía con los medicamentos que necesitaran urgentemente.
Aquel intercambio de medicamentos le llevó a otra idea sorprendente para su tiempo... Incluir una pequeña cámara fotográfica en cada paloma y así poder tomar imágenes aéreas.
Esta repentina idea le introdujo en el mundo de la fotografía y de la imagen
(Actualmente incluso podemos ver en Youtube alguna de las piezas rodadas por Neubronner a principios de 1900).
Su ingenio le llevó a construir en 1903 una diminuta cámara con sólo 75 gramos de peso, tan increíble que fue rechazada en un primer momento por el funcionario de Patentes que no creía que aquello funcionara de verdad... Sin embargo, un año más tarde en 1904 las palomas mensajeras de Neubronner ya estaban volando, convirtiéndose así en pioneras de la fotografía aérea.
Por suerte, las primeras imágenes de las diminutas cámaras instaladas en aquellas curiosas reporteras, aún se han conservado y reflejan los alrededores del castillo de su pueblo, Kronsberg.
Las fotografías aéreas de Neubronner se hicieron muy populares y en 1907 ya se comercializaban como postales. Tuvieron mucho éxito entre la sociedad alemana de aquel tiempo, lo que permitió mejorar el diseño de sus cámaras hasta reducirlas a un increíble tamaño de tan sólo 4 centímetros!!.
No se ha oído hablar demasiado de este invento y desde luego no hay demasiadas imágenes que hayan visto la luz, pero por suerte siempre salen de alguna manera para que podamos disfrutar de los logros en la fotografía.
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