El metro de Estocolmo es uno de los más espectaculares del mundo. Sus 110 Km han sido decorados con las obras de 150 artistas que han dotado a cada una de sus estaciones con un toque único y muy original, algunas parecen la boca del infierno, otras peligrosas fábricas de residuos radiactivos y la mayoría tienen un toque industrial que simulan impresionantes factorías de metal y roca. En muchos casos la roca natural ha sido cubierta por una capa de cemento que fue pintada posteriormente para darle un aspecto mucho más impactante. Gracias a ese efecto la forma natural del subsuelo se ha mantenido parece que uno se adentra en las entrañas de la tierra o una cueva. Imágenes propiedad de Alexander Dragunov.
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