Es rubia, bonita y dueña de unas curvas para el infarto. Cuesta creer que, incluso vestida de la forma más conservadora, pueda pasar desapercibida entre una multitud. Mucho más que haya logrado caminar semidesnuda por la calle y que nadie se haya dado vuelta para admirarla...
¿Cómo fue posible? Gracias al talento de una artista de “body painting”, quien le diseñó sobre la piel unos jeans, tan reales que evitó que la platea masculina cayera rendida a sus pies.
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